El Txoko Restaurant es un paso adelante, una nueva fase en la que la cocina de Esteve y el bueno trato de Mª José son los protagonistas. Con un pié en Euskadi y el otro en Lleida, deja de lado la barra y se centra en el comedor y la cocina, que asume todo el protagonsme gracias a la apertura de una ventada que deja ver el savoir faire, la elaboración y de donde sale todo aquello que se ofrece al comensal. La nueva ubicación, en el casco viejo de la cuidad, se caracteriza por ser ser un espacio con mucha personalidad, arcos, piedra arenisca -mucha piedra- con historia, con solera, en un conjunto muy intervenido con anterioridad al que era preciso dar una nueva personanidad que nos hablase de aquellos que llevan el timón y de aquello que sale de esta cocina que, sin vergüenza, se deja ver por todos.
En esta intervención se destaca lo mejor que tenía el espacio: esta cantidad de mamposteria, la longitudinalidad escenográfica hasta el doble espacio que impresiona y una luz natural que llega desde la planta natural. Y, por el otro lado, se busca reducir el peso de la edificación contemporánea, focalizando la atención en nuevos puntos: en la nueva iluminación decorativa y en el mural de alimentos característicos de su elaboración que se deja entrever a través de unas largas cortinas a modo de juego de distracción.